Cada cual sabe lo que pesa su costal.
Mi padre, cuando se rompía la anea de las sillas las guitaba muy bien, eso sí cuando se marraba era terrible, tenía un genio… A mí también me gusta guitar las sillas, me relaja y me divierte y cuando me equivoco no me enfado como él. Necesitamos una silla, cordel, una aguja con la punta levantada y una lezna por si acaso.
Orobroy – David Peña Dorantes
Caray¡ que tapiceria tan bonita¡¡¡
Justo la que yo necesito, o necesitaré en un futuro, cuando las sillas que tengo de este estilo comiencen a deteriorarse…
Me alegro que sea de alguna utilidad. Gracias.